
Cuando me enamoro, se me ponen los ojos muy negros y de vez en cuando se me escapa una lagrimilla espesa y dulce, como si fuese almíbar. Camino por ciudades mil veces recorridas y descubro rincones escondidos y símbolos ocultos. También aborrezco el chocolate, porque tengo en la sangre tanto azúcar que rozo la diabetes mellitus tipo II. Y hasta las nubes grises que pregonan tormentas, me parecen hermosas.
Como me he enamorado, tengo ganas de cantar "You´re everything" de Marvin Gaye y Diana Ross a todas horas y echo de menos su olor, su mano en mi hombro, los paseos en coche y sobre todo sentirle pegado a mi espalda en la cama.