Ayer hizo un mes que conocí al niño despeinado.
A las seis de la tarde, una voz que salió desde detrás de un ramo enorme, preguntó por mi. Despúes, la mano que intentaba sujetar el ramo a duras penas, me lo acercó. Cuando yo lo cogí, pude ver por fin al dueño de la voz y de la mano, que era un señor muy risueño. En el momento, con la estupefacción, me dió por pensar que su trabajo debe ser muy agradecido. Todo el día viendo caras sorprendidas y felices.
Son unas flores preciosas, margaritas amarillas y blancas, gerberas y una rosa perfecta y roja en el centro.
Y pienso: ¿dónde se había metido este niño? ¿Cómo se puede ser tan lindo? ¿Debería haber cogido un avión y darle las gracias de forma impúdica?
3 comentarios:
Yo creo que ese niño estaba esperando que alguien como tu apareciese en su vida.Lo de darle las gracias de forma impudica hubiese sido un detallazo,pero conociendote un poco,seguro que el se siente mas que gratificado por el hecho de que hayas entrado en su vida como un huracan...
Tambien se cumplen 15 días desde que no respondo tu e mail, debido a varias cuestiones, todas ellas injustificables.
Espero que mientras siga haciéndote así de ferliz al niño despeinado ni se le ocurra tocar un peine. (y por cierto que no se lo ve taaan despeinado)
Besos.
C., ya sabes lo que estoy pensando :)
Invisible, ultimamente andas lejos. No sé por qué. Tengo muchas cosas que contarte. Tengo que escribirte un mail interminable, como aquellas cartas. Qué recuerdos!
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