7.11.06

Las huellas que deja el amor

FOTO: Sunneshine07

La lucha horizontal siempre me deja marcas; un bocaíto en el cuello, los dedos del otro serigrafiados en púrpura en mi piel...

Cuando me desnudo y las veo, me vienen a la cabeza fogonazos de esos momentos. Lo que me susurraba al oído, cómo se retorcía de placer, la música que había de fondo, las palabras que gemía al aire en voz baja.

Me da rabia que esas señales se vayan borrando. Hace demasiado tiempo que no me dejo caer por su cama...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tendras que dejarte caer ... o tenderle una trampa para que caiga el.

Un clásico en Plutón.

La Luciérnaga dijo...

Antes me dejaba caer yo siempre. Últimamente me gusta más lo de tender la trampa para que caiga él... Es mucho más retorcido (más femenino). Ja!

Anónimo dijo...

Hágase usté unas fotillos a lo sábana santa y las verá todas juntas.

Anónimo dijo...

Perdona la intromisión pero.. ¡que post más sensual!
Me han encantado tus palabras, enhorabuena. Con estas descripciones el Sr. Murakami no va a tener nada que envidiarte (!!).

Anónimo dijo...

Tabula rasa caniha...En breve me pongo a escribir sobre ella ;)

La Luciérnaga dijo...

Laputta; eso no lo había pensado, qué buena idea!

Pati, me encantan las intromisiones. Usted pásese por aqui cuando quiera. Un saludo

Ceporro, ya sabes que siempre he querido emular la pelicula aquella de The Pillow Book. Me parece tan bonitoooo