
La lucha horizontal siempre me deja marcas; un bocaíto en el cuello, los dedos del otro serigrafiados en púrpura en mi piel...
Cuando me desnudo y las veo, me vienen a la cabeza fogonazos de esos momentos. Lo que me susurraba al oído, cómo se retorcía de placer, la música que había de fondo, las palabras que gemía al aire en voz baja.
Me da rabia que esas señales se vayan borrando. Hace demasiado tiempo que no me dejo caer por su cama...
6 comentarios:
Tendras que dejarte caer ... o tenderle una trampa para que caiga el.
Un clásico en Plutón.
Antes me dejaba caer yo siempre. Últimamente me gusta más lo de tender la trampa para que caiga él... Es mucho más retorcido (más femenino). Ja!
Hágase usté unas fotillos a lo sábana santa y las verá todas juntas.
Perdona la intromisión pero.. ¡que post más sensual!
Me han encantado tus palabras, enhorabuena. Con estas descripciones el Sr. Murakami no va a tener nada que envidiarte (!!).
Tabula rasa caniha...En breve me pongo a escribir sobre ella ;)
Laputta; eso no lo había pensado, qué buena idea!
Pati, me encantan las intromisiones. Usted pásese por aqui cuando quiera. Un saludo
Ceporro, ya sabes que siempre he querido emular la pelicula aquella de The Pillow Book. Me parece tan bonitoooo
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