13.12.06

Los pensamientos voladores


Elegir los peores pensamientos del mercado, estrujarlos con las dos manos, sacarles el jugo, echar el exprimido resultante en un vaso de cristal translúcido y tomarlo amargo con zumo de arándanos me ayuda a hacer la digestión.

Es un acto solitario e inmensamente triste pero despúes de ese desayuno, me siento siempre mejor.

Suelo acompañarlo con unas extrañas pastas rellenas de buenas propósitos y espolvoreadas con azúcar y canela, receta de mi madre.

A ella no le salían tan feas, siempre le quedaban esponjosas y brillantes. Las suyas, eran unas galletas muy ricas...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quería felicitarte por tus fotos en flirck y tu visión de Málaga. Besillos

La Luciérnaga dijo...

Th, tonta, qué seria te pones...

A ver si te vienes un díita por aqui. Málaga no es lo mismo sin ti, que lo sepas :(

Anónimo dijo...

No sé que tienen las madres, que siempre encuentran el mejor remedio para curarnos "casi" todo.

Esa receta es un tesoro.

La Luciérnaga dijo...

Si, Pati, así es... Las recetas de mi madre, valen su peso en oro