14.8.06

Un camino


Hace un par de días, hice un camino mágico dibujado de pinos, encinas, robles, zarzales de moras, hiedras y dónde pasean vacas, lagartijas, arañas, caballos, abejas, terneros, avispas... Me dí cuenta que iba a ser mágico casi desde el principio, porque hacía sol y se colaba entre las ramas de los árboles iluminando las partes claras, pero dejando los resquicios magnéticos a oscuras.

Lo curioso es que había hecho muchas veces ese mismo camino en compañía del malvado y nunca me había gustado demasiado. Pero esta vez, el sendero me pareció serpenteantemente intrincado y bello, como si fuese una metáfora de mi vida: el sol brillando de nuevo en mi cara, el olor a limpio, el sonidillo del río acompañando la subida. Y sobre todo, la sensación en la cima de que nada tiene la suficiente importancia como para que uno se hunda.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay más magia dentro de ti que en todas las montañas del mundo... :*

Anónimo dijo...

Bonito y sencillo cuento.
La verdad es que la vida no tiene por que ser mas complicada de lo que queramos hacerla.

Eres una grande.
Besos.

La Luciérnaga dijo...

Usuario anónimo: Deje usted de una vez un nombre, que quiero saber con quién voy a casarme ;)

Santi, guapo, que ganas tengo de verte y de charlar y de que me cuentes lo de Chile y tantas cosas... Gracias por estar siempre por aqui, apoyando

Anónimo dijo...

Ahhh pero no lo sabes ya??? uhmmmmm

La Luciérnaga dijo...

¿Anónimo, anónimo? No, definitivamente, por anónimo no me viene nada ;)